Soy una persona muy práctica.
Me gustan las ideas pero solo en la medida que pueda bajarlas a Tierra y probar de qué están hechas.
Los libros que leo y a quienes sigo son para mí clases que me dan herramientas para navegar mejor la vida (la estudiante eterna, esa soy yo). Los juzgo dependiendo de si puedo aprender algo de ellos, lo que significa ponerlos en práctica en mi propia vida (rata de laboratorio, también soy esa). Es decir, las pongo en práctica para ver si mi vida mejora con ellas. Si funcionan, me las quedo. Si no, arrivederci!
Practice makes perfect, como diría mi abuela. La práctica hace al maestro.
Lo que no deja de fascinarme es que todo —literalmente todo— puede mejorar con la práctica. Desde escribir hasta prestar atención, desde la forma en la que tu mente interpreta los hechos… ¡hasta cantar!
¿No es una locura? ¡No estamos predestinados!
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