“Estoy perdida. Es la primera vez que me siento así. No sé qué hacer ni para dónde ir y haga lo que haga tengo un pozo de tristeza que no se me va. Sé que depende de mí hacer el clic y cambiar de perspectiva pero no puedo. Intenté hacer algunas de las cosas que decís, como estar agradecida o escribir, y me siento mejor pero solo durante un rato. Después la tristeza asoma de nuevo.
Mis amigas me dicen que me tome mi tiempo, que las crisis son buenas, que no me preocupe por el futuro. Me preguntan qué quiero hacer.
NO SÉ. No tengo respuestas.
¿Qué hago?” —Anónimo
*
Antes que nada, aclaremos esto desde el principio: siento mucho que estés en esta situación. Es una fiaca, se siente mal y cuesta horrores.
Estás perdida, obvio que estás perdida y lo vas a estar otras veces. Pero esto que acabás de hacer —escribirle a una persona por internet buscando un consejo— fue un paso en dirección a la salida. Estiraste la mano y pediste ayuda, incluso sin saber para qué la necesitabas exactamente. Solo sabías que algo no estaba bien y quisiste cambiarlo. Eso, querida Anónimo, es muy honrable.
No puedo darte las respuestas que estás buscando, creo que ya lo sabés. Cada persona que tenga corazón y estómago tiene su pozo, y su forma de trepar fuera de él. Sé cómo hacerlo a mi forma. Vos vas a tener que encontrar la tuya. Es parte del aprendizaje. Y sí, puede que tome tiempo, y sí, tal vez seas infeliz durante proceso. Pero está bien. Sé infeliz. Llorá. Desesperate. Es ahí donde las cosas van a empezar a suceder. Llegará un momento en el que no vas a querer lidiar más con esto y entonces vas a hacer algo.
Disfrutá este momento—sentilo, palpalo, descifralo—, porque es solo un momento. Si podés, empezá terapia y hacelo con alguien que te acompañe. Vos misma lo dijiste, es tu primera vez acá… Así que aprovechalo, estudialo Y DESPUÉS HACE ALGO AL RESPECTO.
Me gustaría darte una fecha límite para que lo hagas, pero no va a funcionar porque lo que estás pasando es algo natural. No se le puede imponer una deadline de mentira. Pero conozco el lugar desde el que me escribís y sé que ese momento llegará y que ese arrollo de tristeza que llevás a todos lados se va a evaporar.
¡Tantas cosas te esperan! Tantas, tantas cosas. Pero todavía no estás lista para ellas… Es acá dónde aprendés. Aceptá lo que está pasando y lo que estás sintiendo porque te va a enseñar muchísimo. Lo está haciendo incluso ahora, aunque no lo sepas ni lo puedas ver.
Quedate quieta, concentrate en el presente, intentá no preocuparte sobre el futuro y aprendé. Ese es tu trabajo. Sentí la tristeza, entendé cómo se siente estar ahí y crecé con ella. Vas a salir de ahí más fuerte, más empática y más sabia de lo que entraste, y es así como vas a ayudar a otros—porque habitaste lugares oscuros.
No necesitás tener las respuestas. Estás viviendo las preguntas, mi querida, y eso es lo que vale.
Deja un comentario