Hace un año, me daba miedo hasta cortarme el pelo.
Ahora, después de más de 10 años de querer hacerlo, me animé no solo a tenerlo corto, si no a pintármelo de rosa.
No sé cómo no nací con este pelo. ¡Soy yo! Camino por la calle y me siento yo. Veo mi reflejo rápido en algún vidrio y me reconozco. Me siento a gusto. Nunca me había pasado antes…
Tengo adentro una mezcla de alegría, alivio, espíritu rockero y ganas imparables. Puede parecer solo pelo, pero uno de mis objetivos para el 2019 es mostrar más, en apariencia, quién soy adentro. El pelo de este color es un buen primer paso.
Me siento valiente (soy valiente).
¡Que se venga el 2019! Estoy preparada.
Deja un comentario