“Desde que soy chica tengo un sueño. Se me dio la oportunidad de cumplirlo, pero en la mitad del camino lo eché a perder… Hoy, estoy estudiando otra cosa e intento concentrarme en ello, aunque mi cabeza sigue fija en aquel sueño. ¿Podré cumplir mi sueño? Después de estar pasando este tiempo lejos, ¿seré capaz de enfrentarlo correctamente si se me presenta la oportunidad?” —Natalia
Natalia, primero: qué hermoso que tengas en claro cuál es tu sueño. Eso ya es tanto.
Segundo: que se te haya presentado una vez es símbolo perfecto de que es posible… y de que puede volver a suceder. Va a volver a suceder.
La pregunta es: ¿qué vas a hacer para cuando llegue ese momento?
“¿Podré cumplir tu sueño? ¿Podré enfrentarlo correctamente?“
Nadie sabe esto. Las respuestas solo dependen de vos.
Puede dar miedo, claro, pero también posibilita: depende de vos.
Tu sueño no sería tuyo si no pudieras llevarlo a cabo.
Tu cerebro, espíritu, intuición, niño interior—lo que sea, Dios, el universo— no te suspiraría esos sueños si estuvieran fuera de tu alcance.
Soñamos y aspiramos y deseamos y sentimos un impulso hacia ciertas cosas porque estamos llamados hacia ellas.
Los sueños que tenemos nos son dados.
Lo que buscamos también nos está buscando a nosotros.
Peeeeero… necesitamos estar a su altura.
El universo te da, pero para recibir sus frutos, necesitas estar abierta y atenta y preparada.
Si dijiste que “no” en ese momento, fue por algo.
Cuando se te presentó la oportunidad y “lo echaste a perder”, fue porque ese momento no era el correcto. La Natalia de ese entonces no estaba lista. Hay que honrar eso.
Cada uno de nosotros tiene pocas preguntas que se repiten, una y otra vez, a lo largo de toda su vida. Son las preguntas eternas, las que nos guían.
Que hayas tenido un sueño y que lo sigas teniendo es información muy valiosa. Tal vez sea una de tus preguntas eternas.
Después de tanto tiempo y de haberlo perdido, sigue latiendo fuerte. Esto te dice que no era un capricho. Sigue importándote. Y esta información solo la tenés a partir de ese No inicial.
Haberle dicho que no en ese momento fue un golpe de gracia. Lo estás volviendo a elegir, con conciencia, con decisión.
Ahora sí: ¿Qué aprendes de esa situación?
Te dejo algunas preguntas para sacar aprendizajes:
- ¿Qué faltaba? ¿Qué necesitabas?
- ¿Qué harías diferente hoy?
- ¿Qué te gustaría tener la próxima vez que aparezca?
- ¿Que podés hacer para que cuando se te vuelva a presentar la oportunidad, estés lista para tomarla?
- ¿Qué podés hacer para ganar confianza, experiencia, sustancia y conocimiento para que cuando llegue el momento estés a la altura?
No son preguntas retóricas. Su valor está en las respuestas que te den.
Esas respuestas te indicarán los pasos concretos a seguir.
De esta forma, cuando tu sueño te toque la puerta, vos estarás preparada para abrirle la puerta.
Que algo te importe es de valiente.
Reconocer que algo es importante para vos es un acto de vulnerabilidad.
Estás abriéndote a que salga bien o a que salga mal. Por eso es de valientes. Y te admiro.
Y dejame contarte otra cosa:
Cuando te adueñas de tu deseo —cuando decís en voz alta y claramente: “Sí, esto es lo que quiero”—, algo pasa.
Algo adentro tuyo se reajusta. Se modifica. Se reordena. Y así como lo de adentro cambia, también lo de afuera: tu entorno se reajusta, se modifica, se reordena. Efecto dominó.
Como si el universo estuviera esperando a que te hicieras cargo de tu deseo para darte lo que buscabas.
Es un juego de seducción, al final.
Estamos seduciendo a nuestros sueños.
Les estamos demostrando, una y otra vez, que somos capaces. Que somos dignas de ellos.
Cuando decís que “sí”, tu sueño confirma que es seguro confiar en vos. Que lo vas a cuidar, cultivar y comprometer con él.
Seducí a tu sueño. Estate a la altura. Demostrale que estás acá para quedarte. Que no lo tomás a la ligera. Que tenés la pasta, la garra, la voluntad de traerlo a la realidad.
Convencelo de que toma una buena decisión al elegirte.
(Esto no implica que sepas cómo hacerlo, ni que tengas todos los pasos claros con un plan estratégico definido… No hace falta que lo sepas. El compromiso viene primero. Con él, todo obstáculo se puede superar.)
Ahora basta de leerme a mí.
Ahora a escribir tus respuestas y ponerte en acción.
Ese sueño te está esperando.
No hay tiempo que perder.
Deja de esperar a que sea el momento perfecto para empezar con tus ideas.
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Natalia says
Muchísimas gracias por tus palabras, realmente transmiten una energía muy positiva. Jamás me habían escrito de esta manera y es la primera vez dónde aprecio tanto las palabras que me son dichas…
Sharon Borgstrom says
Hola Natalia! Muchísimas gracias a vos por confiar en mí con tu pregunta. Te deseo lo mejor en este camino!