La meditación de hoy trata sobre cómo empezar. Es vital dejar de esperar y que te elijas a vos mismo. Te comparto 5 estrategias para dar el primer paso y activar en la dirección que quieras.
Para escuchar el podcast, poné play acá abajo. Si no, seguí leyendo en versión texto:
https://soundcloud.com/user-832759132/deja-de-esperar-y-elegite-a-vos-5-estrategias-para-empezar
Cómo empezar: Elegite a vos
Cuando era chica, mi hermana Denise, se ponía a bailar con la esperanza de que alguien reconociera su talento y la llevara al éxito.
Michi, otra de mis hermanas, se iba con su pelota de fútbol hasta la parte delantera de casa. Ahí, se ponía a hacer jueguitos con la esperanza de que alguien reconociera su talento y la llevara al éxito.
Yo, desde chica, tengo este sueño secreto de que alguien me va a escuchar cantar en la calle mientras camino, reconocer mi talento y llevarme al éxito.
Me enteré de esto hace poco—que mis hermanas y yo compartíamos una misma fantasía… y apostaría que no somos las únicas.
Esta fantasía de alguien especial, cruzando camino con el nuestro, y reconociendo en nosotras algo.
Me dejó pensando…
- ¿A dónde nos iba a llevar? ¿A qué éxito? ¿En qué consistía ese éxito?
- ¿Quién era ese hombre, esa figura de autoridad (que además era siempre masculina)?
- ¿Por qué estábamos a la espera de que nos descubriera, en vez de hacerlo nosotras?
Queremos que nos elijan.
Queremos ser elegidos.
Confiamos más en que alguien nos elija que en elegirnos a nosotros mismos.
Estamos a la espera de que alguien con credenciales y currículum nos apunte con el dedo y nos diga está bien, vos, sí, adelante, podés.
Y claro, que te elijan es una confirmación de tu valor, de tus capacidades, un mimo a la autoestima.
Pero ser elegidos implica regalar todo tu poder—y estar en una espera continua, a merced de alguien más.
Pasaron 20 años y todavía no me encontré con nadie en la calle que diga que canto bien. ¡Y yo sigo cantando! Juro que lo sigo haciendo, a la espera de que alguien gire la cabeza y al menos me sonría. Pero no. Y subo el volumen y tampoco. Y los veo alejarse y tampoco.
No.
Dejémoslo.
Elijamos.
¿Por qué no nos dimos cuenta de que no hacía falta —de que, en la época en la que vivimos, nunca hizo falta— que ese señor nos diera su permiso?
Si estás buscando tu permiso —para empezar, para probar, para animarte—, acá lo tenés.
Te lo doy.
Son estas palabras.
No es mío para dártelo, ni soy ese señor, pero por las dudas, por si llega a empujarte, te lo doy.
Ahora andá.
Creá lo que necesites crear.
Solucioná lo que puedas solucionar.
Hacé lo que necesites hacer—y que solo vos podés hacer.
El único permiso que necesitás es el tuyo.
5 estrategias para empezar y dar tu primer paso:
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Decidí elegirte a vos.
Parece obvio, pero no lo es. El primer paso para empezar es tomar la decisión de dejar de esperar y tomar acción.
Es decir: reconocer que hay algo que tiene que cambiar y que estás dispuesto a hacer algo diferente.
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Empezá de a poco.
Empezá con algo pequeño. Que sea algo súper fácil así no lo abandonás ante la primera excusa.
No hace falta que le digas a nadie, si no querés, y lo hacés en privado.
Pero empezá a participar, a involucrarte, a ser protagonista, a hacer cosas aunque nadie te lo haya pedido.
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Empezá con lo que sea.
¿No sabés por dónde empezar?
¿No se te ocurre nada—o se te ocurren demasiadas cosas y no sabés cuál elegir?
¡No importa!
Elegí cualquiera. Ya te vas a ir dando cuenta de qué te gusta y qué no en el camino.
Lo importante es estar en movimiento. Te van a surgir ideas que ni siquiera imaginabas, porque hay cierto conocimiento que surge solo a partir de la práctica.
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Comprometete a un ritmo… y mantenelo.
La constancia es la clave, así que elegí un ritmo y encontrá la forma de cumplirlo.
¿Es algo de todos los días? ¿Una vez por semana?
Al principio no te va a parecer gran cosa… Tal vez escribir un haiku hoy no es mucho, pero si escribís uno por día, a fin de año vas a tener 365 haikus. ¡Suficientes para publicar un libro!
Cumplir objetivos a corto plazo te va a dar confianza y entusiasmo para seguir adelante.
Estos logros ayudan mucho a reforzar tu autoestima.
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Preocupate por la cantidad, no la calidad.
Sí, ya sé, suena raro pero confiá en mí.
Muchas veces nos paralizamos ante la idea de crear algo que no sea perfecto…
Pero olvidate de la perfección. Tirala a la basura, porque no es otra cosa que una máscara que toma el miedo. La calidad va a venir por si sola con la práctica.
Cuanto más hagas, más chances hay de que salga algo interesante que valga la pena.
Lo que querés ahora no es pintar la Mona Lisa. Lo que querés ahora es motivarte y perderle el miedo a empezar.
Y te prometo—con el tiempo, con la práctica, con la costumbre de tomar vos la iniciativa— vas a pintar mil Mona Lisas.
Y van a ser todas tuyas.
Ahora contame:
¿Vos también tenías esa fantasía de que te eligieran? ¿Con qué idea te gustaría empezar?
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Mili says
Si, me siento re identificada con esperar a ese “señor”. Y por esperarlo en algunos ámbitos salí desilusionada, confundida, porque después me parecía absurdo que para qué tal me eligiera yo primero tenía que hacer todo lo que aquella persona querí, y eso me ponía más rebelde, digamos que termino haciendo lo contrario….jajaja, pero hasta el día de hoy aveces me pierdo en ese espiral del demoniooo, que me hace esperar a ese señor, sino lo que hago no está bien….
Es como vivir con la necesidad de que todos sean nuestros maestros o padres , quienes nos dictan como deberíamos hacer las cosas.
Anotó esta reflexión para hablar con mi psicóloga.
Gracias por compartir
Abrazo
Mili
Sharon Borgstrom says
Gracias, Mili! Todos estamos un poco a la espera. Lo bueno es darse cuenta de eso (que nos fue inoculado de forma cultural) y hacer pasos en dirección contraria. Pero todo de a poco!