No sé si soy la única, pero cuando me preguntan cosas como:
¿Cuál es tu “sueño”?
¿Qué significa el éxito para vos?
¿Dónde te gustaría verte en 5 años?
Entro en un leve estado de ansiedad.
No sé cual es mi “sueño” ni sé qué forma tiene. Para ser sincera, no tengo idea si en 5 años me veo viviendo en Barcelona, en Argentina o en Japón. No sé si mi sueño es habitar en una ciudad enorme o en el medio de la naturaleza. ¡¿Cuántas veces me puse objetivos sin estar segura de que realmente eran lo que quería…?!
No sé cuál es la materialización exacta y tangible de todo este hambre de vida que tengo.
No se el qué.
Pero sí sé el cómo —y es cómome quiero sentir.
Entonces dejo que el “cómo” me guíe.
Y así, esas preguntas dejan de causarme ansiedad y se hacen mucho más intrigantes:
Tome la forma que tome, mi sueño me hará sentir con mariposas en la panza, llena de energía, como si se me escapara del cuerpo. Desconozco qué voy a estar haciendo en concreto, pero me voy a sentir impulsada por un propósito, segura de que a lo que dedico mi tiempo tiene un impacto y usa todo mi potencial, consciente de mi presente, invadida por una alegría inmensa.
Esté haciendo lo que esté haciendo, voy a sentir éxito si me voy a dormir con la sensación de estar repleta, cansada, contenta, tranquila de que lo que hice, sentí y pensé en el día estuvieron alineados.
¿Y dónde me veo en 5 años? Te lo puedo mostrar porque lo dibujé:
Esta es la Sharon del futuro.
Está sentada en un banco, cómoda en su cuerpo, con los ojos cerrados y una sonrisa en la cara, el solcito en los cachetes y vestida con ropa cómoda.
Este es solo un momento de su día, una foto. La Sharon de hoy desconoce de qué están compuestas las otras horas que quedan. Pero la Sharon del futuro se siente así: contenta con sus decisiones. Satisfecha con lo que hizo y hace. Paciente con su proceso. Tranquila de saber que las cosas grandes se construyen de a poquito. Agradecida por su vida.
No necesito saber el qué. Si sé el cómo —si tengo ese cómo cerquita— el qué vendrá de manera inevitable.
Y ahora quisiera preguntarte:
Si pudieras olvidarte del qué…
Si pudieras dejar de lado la forma, el objetivo concreto, la manifestación tangible…
¿Dónde te gustaría verte en 5 años? ¿Cómo te gustaría sentirte?
Y si tenés ganas, te invito a que lo dibujes.
A partir de esas respuestas y sensaciones, tendrás una guía importante que te sirva de brújula.
Si tu yo del futuro se siente enérgica, vital, entusiasmada…
¿Qué podrías hacer hoy, mañana, esta semana para sentirte más así? ¿Qué decisiones podrías tomar para ir en esa dirección? Y si lo dibujaras, ¿cómo sería ese dibujo?
Y como siempre, si queres compartir(te), podés contestarme respondiendo a este mail. ✨
Hasta la próxima carta 🪐 y con un amor inmenso —
Sharon
PD. Gracias por el feedback del taller “Protejo mi Creatividad” que comenté la semana pasada. :’) Ya están cerradas las inscripciones para septiembre. Si querías participar pero te quedaste sin lugar, tranquila porque voy a abrirlo de nuevo más adelante.
PDD. Acordate: el cómo. Importa el cómo. El qué viene después.
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