Estoy atravesando un difícil momento con mi novio de hace 10 años. Nos tomamos un tiempo para ver qué queremos: si seguir juntos o separarnos. No me logro dar cuenta de lo que quiero. La mitad de mi cuerpo me dice: “sepárate” pero la otra mitad me dice que no, que lo intente. Así estoy, en un círculo de indecisión del que no logro salir. ¿Cómo hago para darme cuenta si debo seguir con esta relación o no? —Flor
Querida Flor.
Quiero ofrecerte algunas preguntas y reflexiones que te pueden servir como ayuda para que te des cuenta —vos misma, a tu ritmo y a tu manera— si seguir o no en esta relación. Para ayudarte a descifrar este proceso. Acá van:
Yo, Vos, Nosotros.
Por lo que me contás, están en un tiempo. Esta es una oportunidad para que ambos miren la relación desde una perspectiva diferente y puedan decidir desde su Yo y no desde el Nosotros.
La única manera de construir intimidad dentro de un vínculo, según dice la psicóloga Harriet Lerner, es primero trabajando el Yo.
Entonces te invito a que hagas exactamente eso: que tomes esta oportunidad para ir hacia adentro, para reconectar con ese Yo interno y preguntarle con curiosidad qué quiere, qué necesita… Confiando en que este paso es tan fundamental que sirve para ambos casos: tanto si te quedás, como si te vas.
Insisto en que te enfoques en el Yo por este motivo:
Muchas veces, cuidamos, nutrimos, escuchamos más el Nosotros que el Yo, y este desbalance empieza a crear fricciones.
Una de las mayores desafíos de estar en pareja es que nos podemos perder en ellas. Hay un abandono del Yo en pos del Nosotros. Sobre todo las mujeres: durante siglos, las mujeres dependimos literalmente de lass parejas para sobrevivir. Esta tendencia de poner al Nosotros por encima del Yo es entendible.
Vuelvo a lo que decía Harriet Lerner:
Podemos aumentar nuestra intimidad con otros solo cuando aumenta nuestra intimidad con nosotras mismas.
Podemos aumentar nuestra intimidad con otros solo cuando traemos más de nuestro Yo al Nosotros.
En momentos así de difíciles y confusos, dar un paso atrás y concentrarte en vos es una estrategia sólida. No pensar en tu pareja, ni en lo que tu pareja quiere o necesita o debería hacer.
Dirigir la atención a vos: ¿qué querés vos en una relación? ¿Qué buscás vos en un vínculo romántico? ¿Qué versión de vos misma querés ser estando en pareja?
Volver a vos.
Te dejo algunas preguntas que pueden servir de trampolín para ir hacia adentro:
¿Quién es Florencia? ¿Qué es lo que más le importa? ¿Cuáles son sus valores?
¿Son valores compartidos dentro de esta relación? ¿Te ayuda esta relación a vivir de acuerdo a esos valores? ¿Esta relación te permite y empuja a ser quien querés ser?
Escuchá a tus dos partes:
- ¿Qué parte de vos es la que te dice “intentalo”? Si le pudieras subir el volumen, ¿que diría?
- ¿Qué parte de vos es la que te dice “separate”? Haber tomado la decisión de tomarse un tiempo ya es algo contundente. ¿Qué motivos te llevaron a tomar esa decisión?
Escribí mucho. Date un tiempo cada día para escribir qué te pasa, que sentís, que pensás, qué te duele, qué te enoja. Escribir te ayuda a procesar, aceptar y conocer lo que te pasa. Y más importante aún: a mirarlo con distancia y perspectiva.
Y si está dentro de tus posibilidades, te recomiendo mucho hacer terapia. Contar con alguien que te acompañe a a navegar todos los grises de esta situación puede ser un salvavidas.
Elegir un tiempo de prueba.
Esto que les pasa, ¿es algo que se puede resolver o es una incompatibilidad en serio?
A veces, la manera de saberlo es probando. Si querés darle una chance más, entonces podés elegir una fecha límite en la que van a hacer todo lo posible:
Empezar terapia, aprender a comunicarte mejor, escuchar a tu pareja, mejorar la comunicación entre ambos, expresar claramente cuáles son tus necesidades y qué necesitas que cambie, hablar de los problemas y cómo se podrían solucionar, preguntarle lo mismo a tu pareja, validar las sensaciones de ambos….
Si hiciste todo lo que pudiste dentro de este tiempo y no ves el cambio que te gustaría, entonces sabés que hiciste todo lo que pudiste y que no funcionó. Y esto te permite una tranquilidad absoluta a la hora de irte. No te quedás con el “¿ y si…?”
Si en cambio, ves que las cosas evolucionan, entonces tendrás nueva información que podrás seguir navegando paso a paso.
Que tu cuerpo hable.
El cuerpo es tan sabio, es solo cuestión de escucharlo.
¿Cómo te sentís cuando estás en la relación?
Olvidate de tu cabeza y la lógica por un momento. Prestale atención a tu cuerpo. ¿Cómo se siente esta relación en la mayor parte del tiempo?
Mas allá incluso de lo que los demás dicen u opinan acerca de tu relación y lo que deberías hacer… ¿qué te dice tu cuerpo?
Lo que hay. No el potencial.
¿Estás en la relación por quién es la otra persona hoy… o estás con esta persona porque tiene potencial?
Es importante tener esta pregunta cerquita del corazón y animarnos a ser honestas con ella.
Reciprocidad.
Algo clave a considerar para darte cuenta o no si seguir en la relación es preguntarte:
¿Están ambos dispuestos a transitar los problemas que surjan en el camino?
Si sos dos personas las que tiran del carro, cualquier cosa es posible. Cuando solo una de las personas tira del carro… no tanto.
Si uno no está dispuesto a hacerlo, entonces es hora de irse. (Y aquí te pregunto también a vos: ¿tenés vos ganas de hacer el trabajo y el esfuerzo para mantener esta relación?)
Visiones compartidas del futuro.
Cuando te imaginas dentro de 5, 10 años en adelante… ¿qué ves?
Me decís que parte de tu cuerpo dice “intentalo” y parte decía “separate”. ¿Cuál de las dos está más alineada a tu visión de Flor en 5, 10 años?
No temerle al dolor.
Darme cuenta de esto para mí fue liberador: El dolor no es algo a lo que temerle. Que algo duela no significa que sea incorrecto.
Somos seres humanos. Tenemos relaciones. ¡Vamos a sufrir! Es el precio de amar, el costo de ser valientes, de estar vivos y no solo existir.
Cortemos o sigamos en una relación, el dolor va a estar presente simplemente porque es símbolo de que estamos vivos —menos mal, ¿no? Es parte del trato.
Algo a tener en cuenta:
El dolor no es algo a evitar.
La respuesta “correcta” no es necesariamente aquella que duela menos.
La respuesta correcta, Flor, es la que resuene con vos bien adentro. La que te dé paz mental, más allá de si duele o no. La que te permita vivir una vida plena, a tu medida y significativa según tus valores.
*
Las relaciones que elegimos tienen un efecto inmenso en nuestra calidad de vida. La elección de quién es tu pareja es una de las decisiones más importantes que podés hacer. En serio.
Pase lo que pase, Flor, vas a salir más decidida, más robusta y más resiliente. Sos valiente.
Disclaimer: de más está decir que si hay algún tipo de abuso, es hora de irse.
Es hora de dejar de priorizar a los demás y empezar a priorizarte a ti.
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