En la meditación de hoy, hablamos sobre lo que significa vivir con más vulnerabilidad y valentía. También, algunas formas en las que podés abrirte, mostrar quién sos y compartirlo con los demás.
Para escuchar el podcast, poné play acá abajo. Si no, seguí leyendo en versión texto:
Cuando era chica, me costaba contarle a mis amigas lo que me pasaba. No porque no confiara en ellas o no me sintiera cercana.
Era porque creía que no tenía nada interesante para contar.
Las historias de mis amigas eran más aventureras que las mías. A mí no me pasaba nada súper bueno ni súper malo, así que me lo guardaba.
Prefería escuchar.
Una noche, mi amiga Meli me dijo:
—Sharon, te soy honesta: no tengo idea qué pensás. No puedo imaginar qué te pasa por la cabeza.
Eh… What?!
¿Cómo que no?
*
Las relaciones son un ida y vuelta.
No podés solo recibir—de la misma manera que no podés solo dar, tampoco.
Sin ofrecer parte de mí, no había forma que mi amiga me conociera a fondo. Si yo no mostraba quién era, no podía haber una relación de verdad.
Lo que en ese momento no sabía es que mis historias no tenían que ser interesantes para contarlas.
Solo tenían que ser mías.
Cuando te abrís, no lo hacés para entretener al otro — lo hacés para compartír parte de vos.
Para mí era más fácil escuchar porque ser solo oyente me protegía de cualquier peligro.
Animarse a ser vulnerable es animarse a sentir…
…lo bueno y lo malo.
El tema es que no podés elegir qué sentir y que no. Si cortás una parte del espectro emocional, cortás la otra. Sí, te vas a ahorrar incomodidades, rechazos y dolores pero también te vas a quedar sin la alegría, la esperanza, el amor.
Evitar la vulnerabilidad es el camino a no sentir.
Por eso nos llama tanto la atención cuando alguien comparte parte de sí. Porque en la cultura de hoy, evitamos mostrarnos como somos, evitamos la vulnerabilidad a toda costa.
Vamos de un lado a otro protegidos con caparazones y escudos.
Nos enseñaron que abrirse mostrarse vulnerable era una debilidad porque en ese estado, alguien te puede atacar.
Pero la vulnerabilidad también es el origen de lo que vale la pena…
Abrirse no es fácil
Da mucho miedo exponerse porque no tenés garantías de que salga bien.
Pero si no te animás, tenés la garantía de que ya perdiste incluso antes de empezar.
Si queremos tener relaciones de verdad, tenemos que mostrarnos.
Tomate un tiempo, hacé memoria y pensá en algún momento en el que te expusiste, sin garantías:
¿No te sentiste vivo?
Los mejores recuerdos que tengo requirieron de mi vulnerabilidad. Posiblemente también los malos. Pero bueno.
No pasa por si sale bien o sale mal… Pasa por vivir de acuerdo al valor de la valentía.
En vez de pensar:
Uy, me animé y me salió pésimo.
Pensarlo así:
Uy, no salió como yo esperaba, pero fui valiente y eso es lo que importa.
Cuesta. Claro que cuesta.
Pero si fuera fácil, no sería interesante, ¿no?
Confía en que tenés algo que vale la pena compartir
Después del comentario de Meli, tuve que abrirme más con mis amigas. Y con la práctica, me di cuenta de que lo que yo tenía para compartir era interesante.
Cuánto más me animaba, más me enamoraba de mi propia experiencia. Lo que para mí era obvio, para mis amigas era algo nuevo e intrigante. Así, empecé a ver lo que para mí era normal con ojos nuevos y eso le daba valor y me generaba confianza.
Para compartir, lo valioso no son los hechos en sí del mundo exterior, sino los fragmentos de tu mundo interior.
Todos tenemos un mundo interior, con una forma única de ver, de sentir y de vivir el mundo.
Confiá en que lo que tenés para compartir vale la pena.
Confía en que tu experiencia, tus vivencias, tus sueños, tus pensamientos y lo que sentís tiene valor e importa.
Confiá en que tu verdad, así como es ahora, es suficiente.
Que vos sos suficiente.
Que no necesitás nada más.
Animarte a compartir es un regalo que te hacés, un permiso para ser quien sos, así, ahora, tal cual.
Si no te animas a mostrar quién sos porque…
- sentís que no es interesante…
- te da miedo que sea un llamado de atención…
- creés que a nadie le importa…
Pensá: si compartís algo sincero, que viene de adentro, que es real, nos hacés un regalo también a nosotros.
Cargamos con armaduras para no sentir, para no doler, para no arriesgarnos… y cuando vemos que alguien se anima a compartir parte de sí, se nos cae todo.
- Ah… así que a él también le pasa.
- Ah… así que él también es sensible como yo.
- Ah… así que ella también es una persona normal.
Nos recuerda que somos humanos y que el juego de ser invencibles es un juego estúpido.
Así que por favor, cuando estés listo, compartí.
Tu vulnerabilidad es también un regalo a otro. Una forma de darle permiso para sacarse las máscaras.
Compartir lo que te hace humano entonces no es un acto de atención — es un acto de generosidad.
Y uno que necesitamos mucho.
No existe el momento perfecto para abrirte
Nunca estamos listos para las cosas importantes.
No estamos listos para empezar una relación, para ser madre, para ser adulto…
Pero si seguís esperando al momento ideal para mostrar quién sos, eso es todo lo que vas a hacer: esperar.
¿Cómo abrirme a los demás? ¿Cómo mostrar quién soy?
Aunque te dé miedo, acordate de que somos todos humanos y que estamos ansiando un poco de humanidad entre tanto armazón.
Brené Brown es una experta en la vulnerabilidad. Te recomiendo mucho su trabajo para ahondar en este tema. Tiene libros y una charla TED impresionante que se llama El poder de la vulnerabilidad. Según ella:
1. Estas frases te ayudan a mostrarte vulnerable y abrirte:
- No sé.
- Necesito ayuda.
- Me gustaría intentarlo.
- Es importante para mí.
- Esto es lo que necesito.
- No estoy de acuerdo, ¿podemos hablar del tema?
- No funcionó, pero aprendí mucho.
- Así es como me siento.
- Me pasa esto.
- ¿Me podés ayudar con algo?
- Acepto mi responsabilidad.
- Perdón.
- Esto significa mucho para mí.
- Gracias.
- Te quiero.
- Quiero ayudar.
- Estoy acá para apoyarte.
2. Crear también es una forma de abrirte:
Otra forma de compartir tu vulnerabilidad es a través de lo que creás.
El arte ya de por sí es imperfecto, es humano y no siempre tiene sentido. Por eso, es una forma genial para expresar lo que te pasa.
Desde que empecé con Persigo la Magia y tengo donde hablar sobre temas que me interesan, como el desarrollo personal, la autoestima y la creatividad, conocí muchas personas nuevas.
Pero también conocí a mis amigos de siempre desde otro lado.
Encontré una forma de expresar parte de mí que tal vez en otros ámbitos no sabía cómo. Tal vez porque no encontraba el lugar, o el momento. Pero a través de mi hacer, surgió la oportunidad de conocernos desde un lado nuevo, de ampliar nuestras conversaciones y de enriquecer la relación.
Entonces si ya estás creando cosas, pensá en la posibilidad de mostrárselo a otros y ver qué pasa.
Obviamente, tené en cuenta que la persona y la situación te generen confianza, en un espacio donde se va a respetar lo que estás intentando hacer.
No siempre va a salir bien, pero fuiste valiente
Con esto no quiero decir que siempre que te la juegues, va a salir bien. Me encantaría decirlo pero sería una mentira.
Abrirse implica un riesgo.
No hay garantías.
Pero… por más de que no las haya, ¿no vale la pena probarlo igual?
Puede salir mal, pero también puede salir bien. La alternativa es dejar las cosas como están, y si llegaste hasta acá, me parece que no es esa una alternativa que te guste mucho.
Salga bien o salga mal, si te animaste a compartir, fuiste valiente y eso no te lo saca nadie.
En un mundo de caparazones, fuiste uno de los que se animaron a estirar la mano y eso merece todos nuestros aplausos.
De eso no te olvidás.
Y te aseguro que de eso no nos olvidamos. No podemos ignorarlo porque lo vimos y sabemos que se puede hacer. Sabemos lo que se sintió ser testigos de tanta humanidad.
Así que gracias. Nos diste ese regalo.
Ahora quizá nosotros también nos animemos a ver qué se siente sacar la mano y estirarla, a ver qué pasa.
Ahora contame:
¿Cuándo fue la última vez que te mostraste vulnerable?
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Seguí escuchando todos los episodios del podcast.
Cintia says
Amo leerte!! Y cuanto me ayuda hacerlo?.Uffff no te imaginas!!!!
Sharon Borgstrom says
Gracias, Cintia! Me alegra mucho.
Milagros says
me es muy difícil al día de hoy, soy más de preguntar pero contar, me cuesta bastante, y muchas veces me pasa cuando estoy con algunas personas me inhibo, no me sale ni una palabra.
Sharon Borgstrom says
Tranqui, es un proceso de a poco. Siempre también tener en cuenta con quién abrirse… Pero tranquila! Paso a paso.
Mica says
Hola Sharon! Aquí mostrándome vulnerable. Estoy empezando a expresarme a través del arte, toda mi vida quise hacerlo pero no encontraba la forma, hasta que mi psicóloga me recomendó un taller de cerámica. Terminé haciendo escultura, casi como una necesidad. Estoy trabajando con el equilibrio, la gravedad, empiezo a encontrarle sentido. La obra se trata sobre la letra “Y”. El equilibrio de la vida es entender que todo puede ser de una forma Y de otra. Es como el ying y el yang, en todo lo oscuro hay algo de luz y viceversa. La “Y” son los grises, los matices, las posibilidades, el balance, a diferencia de la “O” que tiene otros costos. Así como la vida, el arte es con otros, así que sentí la necesidad de compartirlo, tal vez haya muchos como yo buscando el equilibrio, la “Y”, el centro. Es una búsqueda que nos acompaña toda la vida. Los abrazo!