Dibujar algo. Si necesitás un empujón, probá dibujar sin mirar la hoja o copiar lo que tengas en frente (no importa el objeto, importa tu mirada). Cualquier cosa. Te vas a sorprender. (¿Por qué no empezar El Camino del Artista? Es EL momento.)
Agradecer. Podés escribir una lista, pensarlo antes de irte a dormir, hay mil maneras. Lo que me sirve a mí –y la que hago cada día desde hace casi dos años– es grabar un audio de las gracias y mandársela a mi amiga Cloé. Ella hace lo mismo y me manda el suyo. Encontrar el lado positivo de cada situación es un hábito (!!!)–cuánto más lo hagas, más se refuerza.
Escribir mails. Hoy me desperté con la respuesta de una amiga a una carta virtual que le envié y ver su nombre en mi bandeja de entrada me emocionó tanto.
Meditar. Hay muchas meditaciones guiadas en Youtube, y también aplicaciones como Calm y Headspace. Yo no estoy acostumbrada a meditar y encuentro que, para empezar, las meditaciones de Deepak Chopra (los 21 días) van muy bien.

Exponerte a estímulos positivos. ¿Qué estás dejando entrar en tu espacio interior? Dejé de abrir los diarios e ignoro los mensajes llenos de pánico. En vez, me concentro en nutrirme de estímulos que lleven a mi mente a lugares más positivos y a partir de ahí es más fácil. Estoy escuchando The Hive Podcast, por ejemplo, que me da mucha esperanza y me lleva a reflexionar cómo puedo actuar –quién quiero ser– para contribuir a crear un mundo más armonioso. Escuchar alternativas a futuros apocalípticos –sobre todo en este momento, donde lo más automático es creer que “lo peor está por venir”– me alivia. Imaginar alternativas es el primer paso, después viene la construcción. Urgh. Escuchar videos optimistas en Youtube también me ayuda: Louise Hay, Abraham-Hicks, Gala Darling…
Hacer lo que necesites para estar bien. Recalibrar. Lo pienso como afinar la guitarra: prepararla, asegurarme de que suena bien. Eso, pero en este caso, la guitarra soy yo. Si eso significa dejar lo que estoy haciendo e irme a dormir, lo hago. Respirar. Meditar. Hacer yoga. Cocinar. No hacer nada. Filtrar todos los mensajes de whatsapp y no responder llamadas, o contestar todos los mensajes y llamar a todos mis seres queridos. Saltar, gritar, llorar, reír, dejar ser. Lo que sea que me haga sentir mejor, hacerlo. Todo el resto viene después, cuando ya estoy afinada.
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