Escribí tu autobiografía. Una carilla. Después… escribila de nuevo, pero desde otro punto de vista. Fijate cómo los mismos hechos cambian dependiendo de tu punto de vista.
¿Qué versión te estás contando —y le estás contando a los otros—sobre vos?
¿Te sirve? ¿Es una buena historia? ¿Está actualizada o te queda vieja? ¿Estás de acuerdo con esa versión, es honesta, te representa? ¿Te ayuda a crecer o te está cortando los brazos?
El tiempo pasa. Nosotros cambiamos. Nuestras historias también.
Deja un comentario