“Este era mi normal” escuché decir a una artista americana hoy mientras nos mostraba fotos del lugar donde creció. Una casa de madera. Un bosque. Algún arroyo. Su mundo conocido era ese, el que pensaba cotidiano y que de chica estaba convencida tendría que ser el normal de todos.
Pero mi normal fue distinto, en Buenos Aires, no tenía ni bosques ni arroyos: tenía cemento, horas de tráfico y un río marrón. Y mi normal de hoy en Siena es también distinto, es de piedra medieval, colinas verdes y viejos con boina y bastón.
¿Qué es lo normal?
Hoy subí a la torre más alta de la ciudad y vi mi normal actual desde este punto de vista, a lo alto, por primera vez. No reconocí Siena. Verla así, abierta, me ayudó a entenderla de otra forma y a recordarme que lo normal no es más que un concepto engañoso, vacío, que no hay una sola forma de ver ni hacer las cosas.
¿Qué es lo normal?
¿Cómo lo desaprendo?
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